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El Club

El Club Patinaje Altzairu comenzó a gestarse durante el verano de 2013. A raíz de unos campus de patinaje realizados en Sestao se pudo comprobar el interés de la gente en que hubiera un club de patinaje en el municipio en el que poder practicar patinaje durante el resto del año.

 

De esa manera arrancó en septiembre de 2013 el Club con unos pocos niños y un grupo de patinaje en línea de adultos surgido a partir del campus. Se vivieron las primeras pruebas escolares, los primeros trofeos y las primeras exhibiciones.

 

Con el campus realizado en el verano de 2014 y con la promoción del Club realizada por todo el municipio se experimentó un gran incremento de patinadores para el curso 2014-2015. Niños de todas las edades acudieron al Club para dar sus primeros pasos en el mundo del patinaje teniendo como modelo los patinadores de la primera promoción.

 

A ello hay que añadirle que la buena labor que se estaba realizando llegó a oídos de patinadores con experiencia, que solicitaron acudir a perfeccionar su técnica de forma períodica o puntual. A esto se le une la dedicación y respeto a los niños, la formación como personas por encima de cualquier otro interés y la pasión con la que se desempeña la labor junto con la predisposición para desplazarse a tecnificaciones y trofeos en los que mejorar y poner en práctica todo lo aprendido.

Durante el curso 2015-2016 el exceso de confianza y buena fe nos jugó una mala pasada, pudiendo comprobar en esos duros momentos quién estaba realmente comprometido con el Club. Tras la lección aprendida se volvió a la esencia, arrancando nuevamente desde la base para disfrutar con la ilusión de los que comienzan y el compromiso y trabajo de los que reafirman su apuesta por Altzairu, todos por igual. Un buen número de espíritus libres de prejuicios y de engaños, tanto por parte de los niños como especialmente de sus progenitores.

Esto ha convertido al Club Patinaje Altzairu en un club único en Bizkaia con una filosofía claramente definida que se aleja en muchos aspectos de la realidad de otros:

  • No es un negocio, es como un hijo, concebido por amor a este deporte.

  • No queremos venderles nada a los padres y madres (y mucho menos humo), sino hacer disfrutar a sus hijos e hijas con este deporte. Quien no se alinee con este principio fundamental no tendrá problema en encontrar quien le regale los oídos.

  • Dedicación a la pasión por el patinaje en vez de obsesión por las clasificaciones.

  • Anteponer el Club por encima de los intereses personales y posibles egos de entrenadores, patinadores o padres.

  • Apoyar a las familias económicamente en todo lo que se pueda para la adquisición de material, con especial dedicación a aquellas que están pasando por dificultades debido a la coyuntura actual.

  • Dar ejemplo de ética profesional, sin apropiarse de méritos de otros ni perjudicando a otras personas o clubes. De la misma forma exigimos un comportamiento ético a los padres para que sean un buen ejemplo para sus hijos e hijas.

  • Un trato por igual a todos y cada uno de los patinadores. Sin favoritismos, sin preferencias, sin grupitos de influencia a los que haya que agradar. No hay tratos de favor, sino correspondencia con la pasión, la dedicación y el trabajo en la pista de cada uno de los patinadores.

  • Hacer todo lo posible para que, aquel que desee competir, lo pueda hacer. Y si alguien solamente desea participar sin presión alguna, que también lo pueda hacer sin presión alguna por puntuaciones ni clasificaciones.

Cuando se tiene un cuerpo técnico que hace las cosas con pasión, sin intereses ocultos, con la verdad por delante y cuyo único interés es el de enseñar a amar este deporte, lo único que hace falta es que los padres se limiten a permitir que sus hijos e hijas compartan esa pasión y no poner trabas para que maduren con una formación técnica y humana.

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